Soren Kierkegaard, el filósofo danés del siglo XIX, es citado diciendo: "Hay dos maneras de ser engañado. Una es creer lo que no es verdad. La otra es negarse a aceptar lo que es verdad". En su época, Kierkegaard era considerado un filósofo cristiano muy liberal. Pero si usamos las normas actuales para determinar la verdad, él podría ser considerado un buscador de la verdad sin compromisos.
Como muchos de ustedes saben, he estado revisando el libro de Romanos en nuestros estudios bíblicos semanales. El apóstol Pablo expuso el caso de que la depravación de la mente tiene dos características principales. Primero, los hombres impíos "suprimen la verdad" (Romanos 1:18). El acto de supresión es intencional y consciente. El apóstol tenía claro que los individuos conocen la verdad, pero laboran intencionalmente para ocultar y rechazar la verdad para excusar las acciones de sus mentes depravadas. No se equivoquen a este respecto. Suprimir la verdad es promover una mentira contradictoria que apacigüe las mentes corruptas para que les permita vivir como si no hubiera consecuencias para su idolatría y su paganismo. Por ejemplo, todos los políticos que están en favor del aborto, los médicos, los profesores universitarios y todos los necios de la aldea promedio, están suprimiendo la verdad, y como resultado están haciendo el trabajo del padre de las mentiras, el diablo. No hace ninguna diferencia si han creído lo que no es verdad o se han negado a aceptar lo que es cierto, como dijo Kierkegaard. Con sus acciones, se han aliado con el padre de las mentiras.
Jesús le declaró este mismo sentimiento a los fariseos cuando les dijo: "Ustedes son de su padre el diablo, y su voluntad es hacer los deseos de su padre. Él fue un asesino desde el principio, y no está en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla por su propio carácter, porque es un mentiroso y el padre de toda mentira" (Juan 8:44). Las palabras de Jesús fueron una poderosa acusación contra cualquiera que trata de excusar comportamientos que moralmente inexcusables. Si un cristiano está poniendo excusas para proteger los líderes que apoyan el derramamiento de sangre inocente o que apoyan la locura de los hombres que creen que son mujeres, ellos han unido sus fuerzas con el diablo y contra el reino de Dios. Pablo dijo a la iglesia de los gálatas: "No os engañéis. Dios no puede ser burlado. Lo que el hombre sembrare, eso también cosechará" (Gal. 6:7). Moisés también escribió: "Maldito sea cualquiera que tome un soborno para derramar sangre inocente" (Deuteronomio 27:25). Como cristianos debemos ser lo más claros posible para decir que no aprobamos, alentamos ni nos hacemos ciegos a estas injusticias.
La segunda característica de la mente depravada es la idolatría (Romanos 1:21-23). Pablo describió su idolatría de esta manera: (1) no honraron a Dios, (2) no dieron gracias a Dios, y en su insensatez sus corazones se endurecieron, (3) e intercambiaron la gloria de Dios por las imágenes de las cosas creadas. Todas las filosofías humanísticas como, la nueva era, el socialismo y todas las "teologías de la liberación" han cambiado el darle "gloria del Dios inmortal" por el honrar a la criatura. ¿Cómo lo han hecho, puedes preguntar? Permítanme dar tres ejemplos. La Teología de la Liberación Latina utiliza la pobreza (una condición humana) para definir la rectitud. La Teología de la Liberación Negra utiliza el color de la piel (una condición humana) para definir la justicia. La Teología de la Liberación Feminista utiliza el sexo (una condición humana) para definir la rectitud. ¿Qué tienen en común estos tres movimientos? Todos ellos se basan en alguna forma de la condición humana, y ninguno de ellos se centra en "el Dios inmortal", a pesar de sus afirmaciones. Como pueden ver, si su teología se basa en circunstancias humanas visibles, sus ojos se han apartado del Dios invisible. Permítanme recordar a los lectores las palabras del apóstol Pablo: "Afirmando ser sabios, se volvieron necios, e intercambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que se asemejan al hombre mortal." (Siguiente: La verdad de Dios como el único fundamento para justicia).
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