En la primera parte de este Pensamiento del Día, compartí algunas ideas sobre el contexto en el que Jesús dijo las palabras que "la verdad los hará libres". No podemos interpretar las palabras de Jesús en el vacío. Él vinculó la conclusión de que la verdad produce libertad a un proceso de discipulado activo que identifica el conocimiento de la verdad con Jesús mismo. Ampliaré estos dos conceptos en una publicación posterior, pero hoy quiero considerar tres elementos esenciales para determinar la veracidad de una afirmación o reclamo.
Primero, el requisito absolutamente mas básico y esencial para conocer la verdad es conocer el carácter de Cristo. Por ejemplo, si una persona dice que conoce a Jesús, pero al mismo tiempo alberga odio contra otras personas, o desea que otros sufran daño, enfermedad, encarcelamiento e incluso la muerte, entonces, estas personas son como el patriarca Job del Antiguo Testamento. Job confesó que solo había oído hablar de Dios, pero no fue sino hasta después de sus sufrimientos que Job comprendió quién es Dios en realidad. Cristo está vestido de compasión, gracia y amor, y él desafió a que sus seguidores le imitaran.
En segundo lugar, si queremos saber la verdad, debemos deshacernos de los prejuicios ideológicos, filosóficos y políticos que influencian la perspectiva de cómo la gente experimenta el mundo. Los judíos del primer siglo sabían todo lo que necesitaban saber sobre la venida del Mesías (Jesucristo), pero su compromiso con la Ley Mosaica y sus prejuicios políticos por Roma los habían cegado y no podían ver la verdad. Jesús describió a los fariseos como ciegos en varias ocasiones porque no podían, o no querían, reconocer la verdad que viene de Dios. Cristo le dijo a los fariseos; “mis palabras no pueden encontrar lugar en ustedes”.
En tercer lugar, para conocer la verdad según el carácter de Jesús, debemos comprometernos a buscar, discernir y aceptar la congruencia que debe existir entre lo que creemos y la realidad en la que vivimos, sin importar a dónde nos lleve. Por ejemplo, he escuchado a muchos líderes cristianos hacer la afirmación necia de que Jesús era un socialista. Si estas personas conocieran el carácter de Jesús, y comparan con los principios del socialismo ateo, ni siquiera considerarían pensar en hacer una declaración con tanta carga política. ¿Quieres saber por qué? Bueno, me alegro de que lo hayas preguntado.
El socialismo es un movimiento político filosófico del siglo XIX arraigado en el ateísmo. Karl Marx, el fundador del socialismo, era un racista rabioso, que también era un demagogo anti-Dios y anti-cristiano. Dado que Jesús vivió diecinueve siglos antes de que Marx creara su filosofía venenosa, y dado que Jesús era Dios, no es posible que Jesús haya sido un socialista ateo. Cuando los cristianos comienzan a proponer este tipo de ideologías, ellos no están buscando la verdad. Están usando propaganda y se están alineando con los enemigos de Cristo. Además, cualquier estudiante de historia sabe que el socialismo es directamente responsable de la masacre de más de 250 millones de personas en todo el mundo en los últimos 120 años. Pregunta: ¿Por qué algún cristiano estaría dispuesto a considerar esta abominación como una alternativa a las enseñanzas que Cristo dejó para su iglesia?
Permítanme concluir haciendo una declaración audaz: es imposible hacer una declaración de verdad sin reconocer a Dios y su carácter. Cuando las personas ignoran el carácter de Dios, todas sus declaraciones están teñidas de adoctrinamiento filosófico mundano o prejuicios políticos. Estos prejuicios se convierten en mentiras destinadas a esclavizar las mentes de las pobres almas que caen en los engaños de Satanás. Algunos de ustedes dirán, obispo, sus palabras son demasiado rígidas. Y yo les diría, gracias por considerarme rígido, y que el Señor les bendiga. (Continuará…)
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